Hay muchos estudiantes, casi todos, con pocas ganas de volver al cole ¡Qué pereza la vuelta al cole por la rutina de los horarios, clases aburridas y exámenes, pero qué ganas de ver a los amigos, esos ratillos de recreos, entradas y salidas y las risas en clase! Pero hay otros, para los que ese momento no es de pereza sino de dolor por los recuerdos del pasado curso: en unos casos por la falta de amigos, la dificultad de relacionarse con sus compañeros y la soledad y en otros, más graves, por sufrir desprecios, pequeñas (o grandes) agresiones, insultos, empujones y amenazas de los bravucones de turno, o lo que es lo mismo ….bullying, esa terrible enfermedad de la que parece que ningún centro escolar se libra aunque no es nada agradable de reconocer.
Tenemos la sensación de que, a la hora de buscar la solución, todos miramos a las Instituciones educativas: a los centros escolares (profesores, orientador y director) o al Departamento de Educación del Gobierno de Navarra. Esperamos que reaccionen ante algo tan grave. En muchas ocasiones nos quejamos de que no lo quieren reconocer y en otros de su pasividad. Su responsabilidad está clara: deben actuar con agilidad, primero para establecer con claridad si es bullying o no y segundo para poner en marcha el protocolo.
También pedimos que actúen los alumnos…
Pero parece que pocas veces se lo pedimos a los padres porque pensamos que, como no están en clase, no pueden hacer nada…pero la respuesta de los padres tiene mucha influencia sobre la conducta de sus hijos en clase y a veces es adecuada pero otras, más de lo que parece, es muy perjudicial: si el padre del acosador defiende a su hijo o no actúa por creer que no es su problema (algo habitual) está justificando y reforzando su conducta y contribuyendo a la formación de un acosador (con el tiempo un maltratador)siendo tan culpable como su propio hijo y le está reforzando su conducta con lo que se puede volver a repetir. El papel del padre del acosado también es complicado: su hijo necesita su ayuda pero sin caer en el excesivo proteccionismo que debilite más a la víctima, tiene que sentirse respaldado pero hay que fortalecerlo para que sea capaz de enfrentarse él mismo al problema.