Hace ya años que muchos profesores saben que la Lengua es una asignatura fundamental, fundamental que viene de fundamento: un aprendizaje que les sirve para aprender mejor otras asignaturas y adquirir competencias que se “llevarán puestas” cuando acaben la ESO o el Bachiller: poder entender a fondo un texto, saber redactar un escrito o hablar en público es fundamental para seguir estudiando o en la vida laboral. Muchos profesores lo saben pero parece que el Ministerio se acaba de enterar porque han anunciado como quien descubre América que hay que “Centrarse más en una comprensión de escritura, lectura, exposición pública» y «plantearse si la parte de sintaxis debe dar paso a otra forma de enseñar».
El cambio en los centros escolares llegó ya hace años, aunque no en todos ni en todos los niveles. Da gusto ver cómo trabajan en algunas clases, especialmente en Primaria pero también en Secundaria de algunos centros donde han abandonado el aprendizaje repetitivo y memorístico de conceptos teóricos de Lengua y USAN la Lengua: para leer, para investigar y escribir.
Pero todavía hay otros que se empeñan en dedicar demasiado tiempo en Primaria a estudiar teoría de morfología y sintaxis, algo abstracto y que les supone un esfuerzo inútil en vez de que adquieran una gran competencia lectora, lo que les permitiría aprender y aplicar mucho más fácil esos mismos contenidos cuando llegaran a Secundaria.
El Ministerio anda lento y se repite porque las sucesivas reformas educativas que pretendían reformar la previa reforma ya habían ido introduciendo la necesidad de enseñar a usar la lengua. Pero la realidad le da la razón viendo cuántos alumnos acaban el Bachiller sin ser capaces de enfrentarse a un texto de cierta dificultad, sin saber escribir un texto libre con naturalidad y sin atreverse a hablar en público, lo que demuestra que toda esa gramática que les enseñamos no sirve para lo que debería y para colmo tampoco conseguimos que la aprendan. demasiados alumnos llegan a 2º de Bachiller sin saber qué es una perífrasis verbal ni que es la función apelativa del lenguaje. Para los estudiantes es un rollo a memorizar y olvidar y para los profesores es frustrante no conseguirlo tras 10 años con lo mismo y no tener tiempo para lo fundamental: buena comprensión lectora, saber expresarse por escrito y oralmente y disfrutar de la lectura…
¿Y si nos atreviéramos a convertir la clase de lengua en una Olimpiada de leer, escribir y hablar y consiguiéramos que los estudiantes salieran con alta competencia en lectoescritura, riqueza de vocabulario y habilidades para hablar en público…merecería la pena el riesgo de arrinconar la teoría con el riesgo de dar “mala imagen”y que muchos digan que “en clase no hacen nada”. ¿Quiere decir esto que no hace falta saber la teoría?Está claro que conocer qué es un sinónimo, un adjetivos superlativo o la diferencia entre debe ser o debe de ser ayuda a hablar y escribir bien pero sería mejor dedicar Primaria y los 3 primeros cursos de la ESO a conseguir una alta competencia lectora y reservar para 4ºESO y Bachiller la teoría: Morfología, Sintaxis, Semántica, Historia de la Literatura y Comentario de texto Lingüístico. Aprenderían la teoría de una forma más rápida y eficaz porque serían más autónomos en su aprendizaje y le darían sentido.
Y para que no se quede en un deseo siempre presente en las programaciones didácticas tenemos que acometer una programación específica y valiente. Y para eso sugerimos:
- Libros de Literatura juvenil: ¡Que lean! que leer no sea una tarea. Libros elegidos para ellos. Si lo consigues, quizás adquieran algo de gusto y hábito de lectura y a partir de 4º pueden empezar a leer obras de Literatura lo más amenas posible, Delibes, Baroja, Pérez Reverte…incluso trozos del Quijote o sonetos divertidos de Quevedo (a poder ser dejar la Literatura Medieval para el final..)
- Teatro. Con el que aprenderían a hablar en público, a memorizar, a trabajar en equipo y conocerían obras y autores de la Literatura de forma experiencial y se lo pasarían bien y eso es la mejor motivación para conocer otras obras.
- Periódico: Hay secciones para todos los gustos y artículos más y menos largos y de distinta complejidad. Aprenderían vocabulario y conocerían la vida “real” lo que les ayudaría a salir un rato de ese mundo virtual en el que viven algunos. Elaborar su propio periódico les enseñaría a redactar. Si el problema es conseguir periódicos para todos…