Lo leo en la prensa y me asusto: nos estamos olvidando de escribir a mano. Uno de cada tres adultos no lo ha hecho en los últimos seis meses. Lo estamos sustituyendo por los teclados, o los audios. Yo la primera, me encanta escribir en el ordenador porque me permite corregir, guardar y ahorrar papel, que también hay que cuidar los bosques! No hay que ser nostálgica pero sí recordar que la Historia no empezó con grandes acontecimientos ruidosos sino con la silenciosa creación de la escritura, base de las 1ª civilizaciones. A ver: ya sé que la escritura es más que la escritura a mano y en cualquiera de sus variantes sigue viva permitiéndonos convertir pensamientos en palabras, nos ayuda a pensar y comunicarnos y a crear cultura, casi nada! Dicen que uno de los factores del mayor desarrollo del Norte de Europa fue el fomento de la lectura autónoma que propició Lutero de la Biblia y eso fue gracias al invento de la Imprenta, y ahora eso se multiplica con los dispositivos electrónicos. Bien por ellos, la escritura no está en peligro, escribimos más que nunca. Pero, al igual que pasa con otros bienes culturales que hay que proteger para que no se pierdan, escribir a mano es un tesoro cultural. Pero no para guardar en un museo…porque es muy útil: ayuda a desarrollar la inteligencia, lo dicen los expertos: escribir a mano activa directamente zonas del cerebro y ayuda al desarrollo de la creatividad, la lógica, la psicomotricidad fina y la coordinación motriz. Además, escribir a mano crea conexiones neuronales nuevas a cualquier edad, y es la herramienta fundamental para tomar apuntes, sintetizar la información en esquemas, en definitiva, aprender. La alfabetización universal, saber leer y escribir es un índice de desarrollo, no lo olvidemos, ahora que ya lo tenemos. Hay un pequeño poblado galo que puede resistir y esas son las aulas donde confiamos que nuestros niños sigan escribiendo a mano.
Olga Ibiricu