Confinamiento: balance y pautas para rendir hasta final de curso

         Tras más de un mes de confinamiento, parece que las familias ya se han adaptado a la situación que estamos viviendo, han aprendido a vivir en estas condiciones tan extrañas, a convivir con los hijos y a lidiar con las tareas y preparación de esos exámenes tan atípicos. Empiezan a hablarnos de la salida y ello puede ser motivo de alegría pero también de ansiedad, ya que ahora viene la incertidumbre de cuándo y cómo será, aumentando la impaciencia. Nos coge a todos cansados, por eso, esta espera se puede hacer muy larga y estropear el esfuerzo que hemos hecho hasta ahora. Además, en el caso de los adolescentes, se van acercando las palabras tan temidas: exámenes y recuperaciones, que van a determinar su futuro el próximo curso. Es por ello que vamos a recordar una serie de recomendaciones que os pueden ayudar a coger las fuerzas necesarias para llegar hasta el final de curso.

            Lo primero y más importante es la convivencia. La base es la combinación mágica de exigencia y cariño que siempre nos recomienda Ana Marzo, pedagoga con más de 30 años de experiencia. Por un lado hay que repasar las normas de convivencia y el reparto de tareas para ver su grado de cumplimiento y eficacia: quién se escaquea, cuáles son más necesarias y si conviene renovarlas para evitar así el cansancio, las discusiones y el desorden familiar. Pero tan importante como eso, es que nos aseguremos espacios y tiempos de ocio para relajar y disfrutar en familia. Sabemos que los adolescentes necesitan disponer de momentos de libertad e intimidad, pero seguro que agradecen tertulias relajadas donde “enterremos el hacha de guerra”. Si ser padres es siempre una profesión complicada,  ahora toca lo “más difícil todavía”: gestionar nuestros nervios, desánimos y cansancio por la cantidad de preocupaciones y malas noticias que pueden surgir en el día a día para ser capaces de ayudar a nuestros hijos a superar los suyos.

            Tenemos que reconocer que en algunos casos nos sorprenden positivamente siendo ellos los que ayudan a sus progenitores tanto por su ánimo y buen humor, como por ser mucho más hábiles en tecnología, ocio, etc., lo que les convierte en ayudantes de sus padres. Por otro lado, sabemos también de situaciones muy complicadas con hijos con problemas de conducta y patologías diversas que nos pueden poner al límite. Conviene recordar que, aunque para la mayor parte de los estudiantes el confinamiento está siendo duro, para algunos, una minoría, tiene aspectos positivos: niños que veían poco a sus padres, estudiantes agotados y estresados con exceso de actividades y muchos desplazamientos.

            En cuanto al nuevo sistema de estudio online, la respuesta general está siendo muy buena. Hay que reconocer el gran esfuerzo que están haciendo los profesores de planificar, enviar, corregir, evaluar y comunicarse con sus alumnos y, la mayor parte de ellos, se han adaptado bien. Se encuentran con mucho trabajo (hay alumnos incluso que se quejan del exceso), pero eso les facilita la planificación de su trabajo personal, más centrado en los trabajos escritos que en el estudio de materia, que suele ser lo más duro. En esta 3ª evaluación se han aligerado los temarios para insistir más en el repaso, siendo una oportunidad para los que temían por la acumulación de materia al final de curso.

            Desgraciadamente, a algunos les cuesta más centrarse, bien por sus dificultades personales o por problemas familiares o de salud que dificultan enormemente el estudio. En cualquiera de los casos, estamos en un momento de cansancio, por tanto, os recomendamos las siguientes pautas para facilitar el trabajo en casa con vuestros hijos/as:

  1. 1. Establecer o revisar el horario y las rutinas: es mejor hacerlo en colaboración con vuestros hijos/as dejándoles que participen y tomen algunas decisiones. Es mejor plasmarlo en una cartulina y colgarla en algún lugar visible. Para los más pequeños, se pueden usar pictogramas (pictotraductor.com). Actividades que deben incluir:
  • Rutinas personales: levantarse, desayunar, asearse y vestirse.
  • Responsabilidades familiares: poner o recoger la mesa, hacer la cama, recoger los juguetes, etc. Se puede hacer un breve encuentro con los miembros de la familia para decidir qué actividades se van a realizar ese día.
  • Tareas escolares: el tiempo dependerá del volumen de tareas de ese día. Aún así, es mejor establecer un tiempo fijo: Primaria (30min -1h30), E.S.O (2h-2h30) y Bachiller (2h-3h).
  • Actividad física: necesario para compensar, en alguna medida, el sedentarismo del momento: juegos, gimnasia, bailes, etc.
  • Reuniones sociales: hablar con familiares o amigos por teléfono, videollamada, etc.
  • Manualidades: dibujos, acuarelas, inventos, mandalas, plastilina, etc. En las redes sociales promueven ideas para hacer manualidades y exponerlas en el balcón o ventana. Animen a sus hijos a participar para pasar mejor el aislamiento.
  • Televisión y pantallas: sirve tanto de entretenimiento como para realizar las tareas ayudándonos a sobrellevar mejor el confinamiento. Sin embargo, ante el peligro de aumentar su dependencia, os animamos a regular su uso (puede ser una tarea más ardua con los adolescentes).
  • Papel de los padres: no es lo mismo tener tiempo libre que estar ocupado con trabajo, familia, etc., ni tener hijos pequeños o adolescentes. En cualquier caso, la labor de los padres es facilitar la tarea de los hijos/as, pero manteniendo la autonomía. Es importante asegurar que tengan un lugar y un horario y no caer en la tentación de sentarnos con ellos. A los más pequeños les encanta que sus padres hagan la tarea con ellos y, si están disponibles, es más fácil caer en un exceso de ayuda. El objetivo es que trabajen solos y de manera autónoma, no tanto el hecho de que hagan la tarea perfecta. Si ahora, que no contamos con un horario tan estresante, hay más tiempo para poder ayudarles (lectura, comprensión, resolución de problemas, etc.), también lo es para trabajar su responsabilidad y autonomía. Con los mayores el problema suele ser el contrario: tienden a huir de sus padres y es difícil saber si están trabajando bien. También con ellos hay que trabajar la autonomía, intentando mantener siempre un canal de comunicación abierto. Si disponemos de tiempo, os recomendamos iniciar juntos la sesión de trabajo planificando el día junto a ellos: revisar los correos de los profesores, las novedades que éstos cuelgan en el Classroom (calificaciones recientes, fechas anunciadas de entrega de trabajos o exámenes y tareas asignadas), etc. En la medida de lo posible, no conviene abusar de Internet para evitar problemas de conexión, no disponer siempre de ordenador, etc. El papel, sin embargo, nos facilitará la revisión del trabajo:
  • Agenda con la planificación del trabajo de cada día.
  • Calendario en la pared con fechas señaladas.

            Así, nos asegurarnos que dedica un tiempo a planificar antes de empezar a trabajar y que revisa su cumplimiento antes de terminar. Es una buena ocasión para mantener un cierto control, mostrar nuestro interés hacia sus tareas y un refuerzo de su trabajo.

            Ante cualquier duda, es recomendable ponerse en contacto con los profesores. En esta situación tan especial, éstos están siendo de gran ayuda.

 

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