¿Existen problemas de comprensión lectora en alumnos de Bachiller que no presentan otros problemas de aprendizaje? Cuesta creerlo pero es un fenómeno estudiado por los especialistas: los alumnos de Bachiller se enfrentan muchas veces a distintos tipos de textos que no comprenden. Los textos se van complicando y se van llenando de presuposiciones y conocimientos enciclopédicos que no siempre tienen. La investigadora de Harvard, Paola Ucelli, ha investigado por qué algunos estudiantes no son capaces de entender los textos técnicos y cree que el profesorado espera que sus alumnos se familiaricen con ese tipo de forma natural y no guían sus lecturas.
Buscamos soluciones y la encontramos en las buenas prácticas que realizan muchos docentes en sus clases y que van en la línea de las conclusiones de P. Ucelli. En primer lugar dedican tiempo en clase a analizar los textos que los alumnos deberán sintetizar antes de estudiar. El profesor sabe donde está la dificultad y aclara términos difíciles y conocimientos previos, que los alumnos deberán ir anotando. En segundo lugar les animan a que en casa trabajen esos textos, los esquematicen y redacten los temas que entran en el examen. Por eso es tan importante la selección del libro de texto que se va a usar (algunos no son claros y acaban por no utilizarse). Además, y solo en tercer lugar puede ser bueno darles textos modelo pero nunca antes de haberlos trabajado. Para el trabajo en casa buscamos que los alumnos adquieran buenos hábitos lectores y eviten dos posibles errores: estudiar directamente del libro sin sintetizar o realizar lecturas superficiales para hacer esquemas sin haber profundizado en el texto.
Os presentamos a continuación unas pautas generales para dirigir la lectura de los estudiantes que se enfrentan a textos de cierta complejidad y conseguir unos BUENOS HÁBITOS.
A. COMPRENSIÓN:
- Lectura detenida con una buena comprensión de lo que se lee: REFORMULANDO lo que leemos con nuestras palabras. Nuestra voz interior nos explica lo que leemos, nunca una lectura mecánica.
- PARAR cuando termina 1 idea: (al ver que comienza una idea nueva, paramos y volvemos atrás) para:
- SUBRAYAR lo más importante, seleccionando SOLO lo fundamental, evitando subrayar demasiado.
- ANOTAR en el margen el título de la idea y la relación con las otras ideas CLASIFICÁNDOLAS (para ello las NUMERAMOS cuando están dentro de otra idea más general)
- FORMULAR las dudas y anotarlas en un papel aparte.
- Cuando ya hemos leído varias ideas, PARAR para RECAPITULAR.
- Escribir en un papel aparte el mapa conceptual con los títulos anotados al margen indicando las ideas que se incluyen en otras.
- MEMORIZAR las ideas principales. La memoria de trabajo o memoria a corto plazo es importante para poder seguir avanzando y relacionar lo nuevo con lo ya leído. No hay que esperar a comenzar la memorización a tener el esquema terminado.
B. EXPRESIÓN:
- Tener las IDEAS CLARAS. Para ello revisar el esquema con las ideas principales y las secundarias. Si es una redacción que no se basa en un texto concreto, realizar un ESQUEMA o BOCETO con las ideas que quiero desarrollar
- El texto debe tener una estructura clara: Introducción, desarrollo con varios párrafos y conclusión. Utilizar un párrafo para cada idea principal y sus secundarias.
- No se escribe como se habla. Utilizar oraciones sencillas evitando excesivas subordinadas pero asegurándonos que la frase esté completa con sujeto, predicado y los complementos necesarios. Evitar presuposiciones al pensar que el lector ya sabe de qué hablamos. Cuidar los conectores y verbos introductorios. Cada idea en una frase, si la idea es complicada, es mejor dividirla en dos. No explicar más de una idea en una misma frase.
- Leerlo en voz alta para asegurarnos que se comprende y marcar los signos de puntuación.
- Evitar faltas de ortografía y ante la duda de si un término es correcto, consultar el diccionario.
Pero esto es laborioso y muchos alumnos no lo hacen, tratan de coger el atajo de estudiar con una memorización repetitiva. Ante eso hay docentes que optan por darles los temas de estudio ya redactados. “Si no se lo pongo al pie de la letra me lo tacha”. Esta frase más propia de la educación de nuestra infancia que del siglo XXI la oigo demasiadas veces a alumnos de Bachiller. Según me dicen los estudiantes, algunos profesores les dan los temas ya redactados para que se los estudien. Hacen el trabajo que debería hacer el alumno de leer el libro de texto, comprenderlo y redactarlo, operaciones básicas para un alumno de Bachiller. ¿Por qué esa práctica docente? La intención es buena, conocen los problemas de expresión de sus alumnos y quieren evitar que escriban en los exámenes textos pobres, con poca información o mal redactados y optan por dárselos hechos. ¿Es bueno para los alumnos? No. Supone reconocer el problema y les acostumbra a una memorización pasiva ya que, para agravar el problema, esos textos suelen contener presuposiciones y vocabulario que no comprenden. (otra práctica similar suele ser la de decirles lo que deben subrayar que tampoco les ayuda).
Reconocemos que 2º de Bachiller es un curso especialmente agobiante y no hay mucho tiempo para dedicarlo a trabajar la expresión, con la excepción de la asignatura de Lengua que lo hace en el Comentario de Texto de Lengua. Por eso es tan importante que se trabaje desde el principio del aprendizaje de la lecto-escritura. Sabemos que se hace especialmente en 1º Bachiller y que los alumnos se suelen enfrentar a menudo a ejercicios de comprensión y redacción con mayor exigencia que en 2º, donde es más frecuente que reciban los temas ya redactados, sobre todo en Literatura e Historia.
Los estudiantes que acaban Bachiller tienen a su disposición muchísimos recursos para buscar información , pero lo que no siempre tienen es la habilidad de enfrentarse a textos de cierta complejidad y ser capaces de comprenderlos y sintetizarlos con una buena expresión, probablemente el objetivo más importante que deben alcanzar antes de acabar sus estudios y que va a determinar su éxito en futuros estudios y trabajos, mucho más que el nivel de conocimientos que hayan adquirido.