Memorizar es la parte peor del aprendizaje

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin
Compartir en whatsapp
Compartir en email
Compartir en print

Memorizar es la parte peor del aprendizaje, para todos. Si te gusta una asiaula2gnatura, disfrutas leyendo, investigando, pero nunca memorizando y, si no te gusta, entonces puede ser una pequeña tortura! Lo peor es que es algo imprescindible no solo para hacer bien los exámenes sino también  para ir adquiriendo una buena base de conocimientos que faciliten el aprendizaje posterior. ¿Y las técnicas mnemotécnicas no lo resuelven? ¿No hay una manera fácil de aprender con poco esfuerzo? Es mejor decirlo claro: NO, el estudio requiere esfuerzo, pero , se puede aprender a memorizar de forma más eficaz y las técnicas pueden ayudar aunque  no son suficientes.

 

Aprender y entrenarse en las técnicas mnemotécnicas puede mejorar mucho nuestra capacidad de almacenar datos, y ser capaces de optimizar la memoria. Pero no hay que olvidar que aprender no es almacenar datos sino relacionarlos, explicarlos, utilizarlos para resolver problemas y comentarios de texto de las distintas materias y eso no se consigue con la mera memorización de datos, sino que requiere un aprendizaje más profundo.

Antes de nada vamos a hacer un breve repaso de qué cosas aprendemos y cómo lo hacemos. El aprendizaje se realiza de maneras muy diferentes, no es lo mismo aprender matemáticas  que a leer o a andar en bicicleta y los educadores debemos conocer las. La neurociencia  nos lo explica y especifica en qué áreas del cerebro se produce cada uno de esos aprendizajes.  La memoria es mucho más compleja y apasionante de lo que a veces creemos.

cuerpo-humano-interior

Para aprender algo debe haber asociación, nuestra memoria es una inmensa red con conocimientos relacionados, unos a emociones por ser momentos importantes de nuestra vida (muy fáciles de recordar), otros a aspectos rutinarios que repetimos y aprendemos sin querer por la mera práctica y otros que forman parte de los conocimientos que hemos ido almacenando y que, si están bien conectados a otros, serán aprendizajes significativos y permanecerán más fácil y si no lo están, , los olvidaremos.

La memoria episódica es la que nos permite recordar sucesos de nuestra vida. Tarda en aparecer: los bebés tardan en poder decir qué han hecho las horas anteriores (lo aprenden de manera implícita pero les cuesta expresarlo explícitamente) y los ancianos es la primera que pierden y por eso repiten mucho porque no recuerdan que te lo acaban de decir. (amnesia infantil y senil).

La memoria procedimental sirve para recordar aprendizajes prácticos, como atarse los zapatos o jugar al fútbol y se adquiere por imitación muchas veces inconscientemente.

El aprendizaje explícito es voluntario  y dirigido. Se produce cuando  conscientemente aprendemos algo y ponemos nuestra atención en  adquirir ese conocimiento. Pero a veces aprendemos  implícitamente, sin darnos cuenta de que aprendemos, incluso sin saber que tenemos ese conocimiento o esa habilidad. Este tipo de aprendizaje se realiza por el condicionamiento clásico estudiado por Pavlov, cuando asociamos dos estímulos  que se nos presentan habitualmente unidos y eso nos hace emitir la respuesta del primer  estímulo cuando aparece el segundo (segregamos saliva ante una foto de comida) o por el aprendizaje condicionado de Skinner que provoca respuestas que son reforzadas con premios.

La memoria semántica que almacena datos, números, fechas o nombres,  tan criticada, tan polémica pero a la vez tan necesaria para aprender el vocabulario de un idioma, la tabla periódica si queremos formular o un discurso o papel teatral.  Además, tener una gran cantidad de conocimientos, siempre que estén relacionados y se pueda  acceder fácilmente a ellos, facilita la comprensión  y el aprendizaje de nuevos conocimientos.  Habitualmente se dedica más tiempo a almacenar que a recuperar contenidos, aunque es al recuperarlos cuando se fijan a la memoria. Un aprendizaje efectivo no es ser capaz de almacenar mucha información, sino ser capaz de recuperarla para utilizarla cuando se necesita.

La memoria de trabajo o  memoria a corto plazo, nos permite guardar y utilizar información “on-line”, la que tenemos disponible en nuestra mente durante un tiempo breve, a veces explícitamente pero otras de modo  implícito. Nos permite hacer dos cosas a la vez, pensar mientras hablamos o marcamos un número de teléfono.  Es nuestra pizarra mental.  Su capacidad es limitada y no se conserva más que durante un periodo corto, así deja paso a los contenidos que precisamos tener presentes en cada momento.

La memoria prospectiva se utiliza cuando pensamos en lo que vamos a hacer en un futuro mientras hacemos otra cosa. Este pensamiento puede entorpecer nuestra tarea y hacer que nos despistemos, por eso requiere un mayor uso de la atención y la memoria de trabajo.

La memorización repetitiva: cuando adquirimos un conocimiento a base de repetirlo .  Muchos alumnos la utilizan como principal medio de aprender  pero tiene una capacidad muy limitada, sus contenidos duran muy poco y son difíciles de recuperar. Por eso hay que darles otras estrategias de memoria más eficaces que se basen en la asociación : la más importante es la memoria significativa, la que permite relacionar los nuevos conocimientos con otros que ya se poseen.  Se puede almacenar  automáticamente y se recuerda a largo plazo. Para que un aprendizaje sea significativo debe estar relacionado con otro ya que la memoria es una red de conocimientos unidos entre si. Y si ese aprendizaje se relaciona con una emoción que aumenta la curiosidad y con ella la atención se produce mayor y mejor aprendizaje.brain-951847_1920

Según como almacenemos la información intervienen distintas partes del cerebro: si es una palabra concreta se recoge con su imagen, si es abstracta en un código verbal, si recordamos el significado, necesitamos recordar el sonido y lo almacenamos en función del número de letras, sus consonantes principales. Cuando tenemos la sensación de tener una palabra en “la punta de la lengua” activamos otras regiones pero no las del sonido y por eso no lo conseguimos.

¿Y ahora qué? ¿ Cómo deberíamos memorizar para conseguir recordar a largo plazo?

Eso lo dejamos para el próximo post…

Comparte esta entrada con tus amigos

Compartir en facebook
Compartir en twitter
Compartir en linkedin

Más información