ENREDADOS…¿Quién? ¿Los padres o los hijos?

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Como en todos los asuntos humanos, nos encontramos hoy ante una dicotomía cuando hablamos de  las Redes Sociales. Como educadores nos preocupa, para nosotros es algo nuevo que a veces nos supera: tenemos que asumir que  nuestros hijos viven en muchos aspectos en un mundo diferente al que nosotros vivimos a su edad, pero en el caso de las redes sociales, parece que viven en un mundo en el que nosotros no podemos entrar, podemos vigilarles en casa, en la calle, pero no podemos “entrar” en ese mundo que ya no es físico sino virtual. Además, las relaciones se establecen a través de una pantalla, eso no lo entendemos pero nos sentimos que no podemos ir en contra de los elementos, contra eso no podemos luchar. Ante esa preocupación, recibimos charlas en los colegios, hablamos con otros adultos buscando soluciones y, sobre todo, nos alarmamos ante noticias de casos que nos asustan cada vez más.

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Somos negativos  y nos vemos desbordados: «El bullying es culpa de internet», los chavales de hoy en día no saben hacer nada sin internet, ya no tienen habilidades sociales….

Pero..¿Y nosotros?, además de preocuparnos, quizás es el momento de la autocrítica. ¿De verdad no vivimos nosotros también en las redes? Desde el inicio de los tiempos los adultos hemos tendido a ver a la juventud como la peor generación de la Historia y a achacar los fallos de toda la Sociedad solo a los jóvenes:

«Los jóvenes de hoy aman el lujo, tienen manías y desprecian la autoridad. Responden a sus padres, cruzan las piernas y tiranizan a sus maestros. Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros.» – Sócrates.

“¿Qué les pasa a nuestros jóvenes? No respetan a sus mayores, desobedecen a sus padres. Ignoran las leyes. Hacen disturbios   calles inflamadas con pensamientos salvajes. Su moralidad decae. ¿Qué será de ellos?” – Platón

«No veo esperanza para el futuro de nuestra gente si dependen de la frívola juventud de hoy en día, pues ciertamente todos los jóvenes son salvajes más allá de las palabras… Cuando yo era joven, nos enseñaban a ser discretos y respetar a los mayores, pero los jóvenes actuales son excesivamente ofensivos e impacientes a las restricciones.» – Hesíodo

¿Es así? ¿solo ellos tienen pereza, hacen trampas, son maleducados, o, en este caso, usan mal las redes sociales? Se oye mucho que están enganchados, que se insultan en las redes, pero ¡poco se oye que eso también lo hacen los adultos!

Es importante la autocrítica por dos motivos: el primero por no caer en la hipocresía de ver la paja en el ojo ajeno y el segundo porque somos los adultos quienes los estamos educando y debemos ser el mejor ejemplo. Nos referimos a refiero a conductas como:

  • Depender del móvil y el ordenador para todo. No saber vivir sin él… ¿enganchados?
  • Dejar sonar el móvil y conversaciones en voz muy alta molestando en lugares públicos. ¿maleducados?
  • Insultar en chats, prensa digital, Facebook o twitter con un tono agresivo, acusaciones gratuitas descargay opiniones sin contrastar que hacen mucho daño. ¿Quién llena Internet de comentarios ofensivos sacando frustraciones, insultando al político de turno cuando le han pillado robando o no, o perdiendo los papeles con noticias que indignan, faltando el respeto a quien se ponga por delante, opine diferente o haya compartido algo que rechaza ¿agresivos?.
  • Aceptar que en internet todo vale, sin reflexionar antes de escribir un twitt o un comentario en el facebook de X, porque “se lo merece”, o gana tanto dinero que tiene que asumir que la gente va a insultarle, hacer de menos su trabajo o criticar sus fotos. ¿descontrolados?

 No podemos lavarnos las manos en el mal uso de los medios de comunicación, por acción o por omisión, quizás no seamos activos pero lo aceptamos, nos estamos acostumbrando y estamos tolerando ese tono sin dejar de leerlo o sin protestar. Lo hacen todos…

Y eso están aprendiendo nuestros jóvenes, están viviendo en una sociedad acostumbrada al tono desagradable en todo: en muchos programas de la Televisión, en prensa escrita, en las relaciones con los profesores de los hijos… Afortunadamente se ha perdido el formalismo de otras épocas pero no deberíamos perder el respeto y la cordialidad en las relaciones sociales. Y eso les estamos enseñando. Así que, dejemos de tirar balones fuera, y demos ejemplo a nuestros hijos, utilicemos más las redes para reírnos que para criticar, reflexionemos un poco antes de linchar a cualquiera y si lo vamos a hacer, pongamos nuestra foto y nuestro nombre,  enseñémosles a dar la cara, ser valientes y hacerse cargo de sus palabras y acciones, porque aunque parezca que no es para tanto, están aprendiendo que lo que se dice en internet no cuenta, que pueden despacharse sin ninguna consecuencia. Pero todo eso hace mucho daño no solo a quien lo recibe, sino también al que lo escribe, al que se convierte en víctima y al aprendiz de ofensor porque las redes son un buen medio para aprender a ser violento y también un buen lugar donde empezar a cambiar esta sociedad bronca, a reeducarla y convertirla en un medio de convivencia no de hostilidad.

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